La mente es el origen de todo, porque desde ese lugar surgen todas las simples ideas que nos permiten crear nuestra propia realidad y destino.
Es nuestra mente, a través de la conciencia, la que escoge entre las infinitas posibilidades que el universo nos ofrece. La intención y la conciencia son fuerzas muy reales.
Lo que piensas de ti misma es lo que se convierte en realidad, y lo primero que debemos hacer para transformar el pensamiento es determinar cuál es nuestro nivel de conciencia y así poder descubrir con qué fuerza creativa actúa la conciencia en nuestra vida.
Podemos ver nuestro nivel de conciencia en todas partes: cuando sentimos la energía de la música, cuando nos damos cuenta que un constructor de casas nos protege, o cuando sabemos y valoramos que un recolector de basura mantiene limpias las calles para que podamos disfrutar de la naturaleza.
Cuando logro darme cuenta de todo lo anterior, y de mucho más sobre lo que ocurre a mi alrededor, es porque estoy influenciada por la fuerza creativa de otros cada día, y entonces mi nivel de conciencia es puro y me permite crear, expandir y recorrer el camino hacia el cumplimiento de mis propios sueños.
El éxito o el fracaso están primero en tu conciencia. Cuando lo que ves son dificultades y problemas es producto de tu mente y tus pensamientos. En cambio, cuando ves abundancia y logros es porque te mueves con esa gran fuerza que existe en tu ser interior.
Recuerda que no puedes manifestar nada, ni éxito ni fracaso, si no está primero formado dentro de ti misma.
¿Cómo crear una nueva realidad a través de mis pensamientos y seguir trabajando el amor propio?
Responde estas preguntas en tu cuaderno:
¿Qué es lo que pienso sobre mi misma?
¿Mis palabras son negativas o positivas?
¿Estoy más consciente de lo que tengo o de lo que me falta?
Las respuestas a estas preguntas serán los primeros indicadores sobre la dirección que tiene tu conciencia. Lee tus escritos regularmente para mantenerte atenta sobre lo que estás creando en tu vida.
