Plantas Chamánicas

[vc_row content_placement=»middle» css_animation=»fadeInUp»][vc_column][ultimate_heading sub_heading_color=»#230659″ alignment=»left» margin_design_tab_text=»» sub_heading_font_size=»desktop:15px;»]Seguimos revisando el maravilloso universo de estos seres vivos que nos invitan a estudiarlas e investigarlas ya que son las únicas criaturas que, en medio del silencio, producen su propio alimento y, sin duda, constituyen la mayor fuente de riqueza de nuestro planeta: incluso el carbón y el petróleo fueron vida vegetal en el pasado. Los estudios y experimentos sobre la comunicación de las plantas indican que todos los seres vivos -humanos, plantas, la Tierra, los planetas y las estrellas- se relacionan íntimamente entre sí: lo que ocurre a uno de ellos afecta a los demás.

Los hallazgos e investigaciones realizadas por diversos investigadores exponen las diferentes relaciones físicas, emocionales y espirituales que se dan entre las plantas, el hombre y la mujer.

Aquí continuamos nuestro viaje por las plantas chamánicas, medicinales y que abren nuestros canales. A las que ya revisamos (Menta, Eucaliptu y Laurel), agregamos hoy Árbol de té, Geranio y Ciprés.

Árbol de té (Tea tree, Melaleuca alternifolia)

En tiempos pasados, los aborígenes australianos, usaban sus picantes hojas remojadas en agua caliente y tomadas como cura de resfriados, tos y dolores de cabeza. Fue después de la primera Guerra Mundial, cuando atendieron sus propiedades medicinales. En 1923, un científico del gobierno australiano descubrió que era 10 veces más fuerte como bactericida y antiséptico que el ácido carbólico (el más usado hasta entonces) y en 1933, ya era conocido como “un poderoso desinfectante, no venenoso ni irritante”.

Dado que calma los nervios y estimula el flujo sanguíneo al cerebro, el aceite de Árbol de té también se indica contra la fatiga mental y la debilidad nerviosa, especialmente en personas cuyo sistema inmune es débil.  Al tonificar los pulmones y a través de estos el alma corporal, ayuda a fomentar una visión positiva como el instinto curativo.  Vigoriza el corazón y la mente, elevando el espíritu y aumentando la confianza.

Geranio

El Geranio es capaz de calmar la mente, calmar la agitación, aliviar la frustración y la irritabilidad. Como astringente, tiene un efecto centralizador, al conferir un sentimiento de seguridad y fortaleza.

El Geranio es recomendado para aquellos a quienes la racionalidad e impulso personal niegan el placer del sentimiento y la impresión. Nos ayuda a reconectar con la vida sentimental, la sensibilidad, la espontaneidad, y la sana sed de placer y diversión. Nos ayuda a ser capaces de recibir y experimentar con la misma importancia, que damos y expresamos.

 

Ciprés

El uso del Ciprés como aromatizante y medicina fue documentado por primera vez en los papiros del antiguo Egipto, donde se empleaba para hacer sarcófagos. Como los antiguos griegos le dedicaron el árbol a hades, dios del mundo de los muertos, fue asociado con la muerte y la eternidad. Su nombre en latín “Sempervirens” significa siempre verde, es también llamado el “árbol de la vida”.

El Ciprés a través de favorecer el proceso de “aceptar y dejar ir”, refuerza el alma corporal y el espíritu vital de los pulmones.  Disuelve el remordimiento e instala el optimismo, no ayuda a fluir con la corriente de la vida, aquí es donde entendemos su relación con la muerte y el proceso del duelo.

La asociación del Ciprés con Hades o Plutón, refuerza su conexión de renovación interna. Refleja su potencial para sacar a la luz los miedos que impiden el cambio. Ideal para las personas que dudan de ellas, pero desean encontrar un nuevo rumbo. Fortalece la capacidad de permitir que los sentimientos reprimidos y obstructores emerjan a la conciencia.

 

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