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Resignifica tu pasado… Utiliza un lenguaje positivo para referirte a ti misma
¿Qué es lo que dice tu mente sobre ti?, ¿cuáles son las frases que repite cuando cometes un error? o ¿qué te han dicho los más cercanos sobre lo que puedes o no puedes hacer?… Al igual que las palabras, la mente tiene un fuerte impacto en la construcción de nuestro ser interior.
Si a diario tu mente insiste en repetir frases como “no puedo”, “no soy capaz”, “que tonta soy”, “jamás lograré mi objetivo” o “no sirvo para esto”, es porque sin darte cuenta te transformaste en tu peor enemiga, en esa que realiza contínuo autoboicot en todo lo que haces o intentas hacer.
Las experiencias traumáticas que viviste en el pasado, o las frases negativas que otros pronunciaron sobre ti, continuarán afectando a tu ser interior si no logras resignificar tu pasado con un mensaje positivo que te permita sanar las heridas para seguir adelante, ¡Más fuerte, alegre y feliz!
¿Entonces, cómo puedo dar un nuevo significado a ese pasado que me detiene y me hace daño?… Analizando lo que está ocurriendo hoy con tu propio vocabulario interno, reflexionando sobre aquellas frases negativas que te dices a ti misma y convirtiéndolas en algo positivo de manera consciente y fortaleciendo el autoconocimiento.
¡Cambia tu narrativa! Utiliza un lenguaje positivo en esos pensamientos y palabras que te dices a ti misma: “Yo puedo”, “yo soy capaz”, “yo soy hermosa”, “yo soy inteligente”, “yo me amo”… Obliga y entrena a tu mente a convertir ese constante “no” en un gran “sí” que te abra el camino para resignificar tu pasado con nuevas emociones de valor.
La resignificación de nuestro pasado es una especie de transformación que nos permite ver las cosas de otra manera y crear fortalezas a partir de las debilidades. Nos ayuda a liberar tensiones, a conocernos, a mejorar nuestra autoestima, a ser más libres y felices.
Para resignificar tu pasado y seguir trabajando el amor propio, te invito a realizar la práctica de esta semana:
1.- Escribe una lista con 10 frases positivas sobre ti misma. Por ejemplo: “Yo puedo”, “Yo soy hermosa” o “yo soy amor”.
2.- Repite frente al espejo las frases que escribiste todos las mañanas durante 21 días.
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